Películas sobre Literatura:
- El club de los poetas muertos
- Descubriendo a Forrester
Películas sobre profesores de Lenguas clásicas:
- El caso Browning (versión de 1951 y 1994)
- El club de los emperadores
Pelis sobre profesores:
- Diarios de la calle
- Rebelión en las aulas
- Mentes peligrosas
- Profesor Holland
Buscar este blog
El arte es una lucha eterna, nunca es un fin, sino siempre un comienzo. Stefan Zweig, El misterio de la creación artística, Sequitur, Madrid, 2010, p. 75.
Textos literarios fundamentales
- Cantar de Mío Cid
- Comentarios del Cantar de los Cantares (Fray Luis de León)
- Cántico espiritual (San Juan de la Cruz)
- Declaración de las canciones que tratan del ejercicio de amor entre el alma y el esposo Cristo (San Juan de la Cruz)
- Don Quijote de la Mancha
- El enfermo imaginario (Molière)
- Eneida (Virgilio)
- Ilíada (Homero)
- Ilíada (Homero) recitada en griego
- La divina comedia (Dante Alighieri)
- La vida es sueño
- Metamorfosis (Ovidio)
- Mucho ruido y pocas nueces (Shakespeare)
- Novelas ejemplares (Cervantes)
- Oráculo manual y arte de prudencia
- Rebelión en la granja
- Romeo y Julieta (Shakespeare)
- Tartufo (Molière)
- Églogas (Virgilio)
lunes, 21 de febrero de 2011
jueves, 3 de febrero de 2011
Los poemas de Boecio
[Expone el autor los motivos de su aflicción, y la Filosofía, que se le aparece en forma de dama de porte majestuoso, le hace ver ante todo que su mal consiste en haber olvidado cuál es el verdadero fin del hombre.]
METRO PRIMERO
Yo que en mis mocedades componía hermosos versos[1], cuando todo a mi alrededor parecía sonreír, hoy me veo sumido en llanto, y ¡triste de mí!, sólo puedo entonar estrofas de dolor. Han desgarrado sus vestiduras mis musas favoritas y aquí están a mi lado para inspirarme lo que escribo, mientras el llanto baña mi rostro al eco de sus tonos elegíacos. Ellas siquiera no me han abandonado por fútiles temores, ellas, que siempre fueron la compañía de mis caminos.
Ellas, recuerdo gratísimo de mi florida juventud fecunda, vienen a dulcificar los destinos de ésta mi abatida vejez: si, que a impulsos de la desgracia la vejez ha precipitado sobre mí sus pasos, y a la mitad del camino de mi vida he sentido sonar la hora definitiva del sufrir.
Cubren mi cabeza precoces canas; mi cuerpo agotado siente ya el escalofrío de la tez marchita y rugosa. ¡Dichosa muerte, cuando sin amargar la dulzura de los años buenos, acude si el corazón la llama en su favor! Pero, ¡ay!, que, despiadada, cierra sus oídos a la voz de la desgracia...
¡En vez de cerrar los ojos del triste mortal que llora! Mientras me halagó la fortuna, a pesar de saberla inconstante y mudable, una hora de tristeza hubiera bastado para llevarme a la tumba; ahora que ha ensombrecido su faz engañadora, ¡oh, cuán larga se me hace una vida tan tediosa!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)